Patio Marroquíes, 6. Córdoba. Donde se encuentra el taller Alquimia para el Alma. |
Publico la inspiración de Mª Victoria Sanabria, amiga del alma, en la noche pasada de luna nueva y eclipse anular de sol. GRACIAS POR COMPARTIR.
Todos hemos escuchado la leyenda de las mil y una noches. Ese cuento que nos habla de la historia truncada de amor entre un sultán árabe y su mujer, la princesa. Ésta acaba desarrollando una creativa manera de seguir caminando por un sendero difícil. Me hace pensar que podemos imaginar un escenario donde lo único que nos importa es no quedarnos atascados o parados sino seguir sintiendo, haciendo, sintiendo, haciendo...
Hace un par de días una amiga me contaba, como un cuento en un lugar de cuento: que si pudiéramos vivir con la mente de un niño estaba segura de que todas nuestras vidas cambiarían en una semana. A lo que ella se refería quizás es a la elección consciente del archiconocido "aquí y ahora" para vivir cada momento con plenitud, independientemente a si es considerado por la parte mental de nuestro ser como bueno o malo, y abrazar en un acto cotidiano y cada vez más extendido lo que los tibetanos llaman los pares de opuestos: frio-calor, día-noche, luz-oscuridad, amor-odio. Pero en orden de cruzar un puente tan estrecho, hay que preguntarse qué herramientas pueden ser requeridas si surgen los primeros problemas. La creatividad puede ser una de estas herramientas, porque la princesa de las mil y una noches no duda más de dos veces en alargar la vida que tanto ama con una paciencia infinita que la hace merecedora de su legítima vida como princesa del sultán. Paciencia y también perseverancia e ingenio para caminar cada paso, decidir lo que se Es según lo que Es sentido por nuestro corazón a cada momento. El niño no pone ningún freno a aquello que consciente o inconscientemente puede crear. El río de la vida tampoco.
El velo del entendimiento de la princesa se hace tan fino como el velo entre el niño y su personalidad, pudiendo contactar en cualquier momento con su alegría innata y fluir armoniosamente siempre. En la respiración amorosa del universo no existen más que una sucesión de momento a momento y sentir-hacer-sentir-hacer. Este cuento nos habla también de la gran inteligencia que hay en el mismo acto de imaginar una alternativa que más nos guste y de velar por ella para ganarnos una noche más en el panteón de las estrellas.
La Leyenda de las Mil y una Noches.
Fuente: Wikipedia
Son relatos que surgen uno del otro, es decir, al contarse uno de repente surge otro y ese otro crea otro cuento hasta que termina el primero, como cajas encerradas en otras cajas. En el primero, se cuenta que un rey deja, al morir, su reino a su hijo, el rey Schariar. Schariar, que quiere mucho a su hermano Schazamán, le da el reino de Tartaria. Así, Schazamán planea ir a visitar a su hermano, pero descubre que su esposa se encuentra engañándolo así que le corta la cabeza a los culpables. Ya con Schariar, éste se sorprende de lo triste y taciturno que Schazamán se encuentra, por lo que va de caza solo. En el palacio, Schazamán descubre que la esposa de Schariar, la sultana, engaña al rey con Masud, un esclavo negro. Eso hace sentir feliz al rey de Tartaria, ya que su hermano, siendo más poderoso, no pudo evitar ser engañado por la sultana, y entonces, ahora muy feliz, se lo cuenta a su hermano.
Schariar, en un acceso de furia, convence a su hermano de huir, bajo la promesa de que si encuentran a alguien más desgraciado que ellos, volverían. Schazamán acepta y huyen, pero en el camino, se encuentran con un genio que es engañado por una mujer que secuestró. La mujer huye y Schazamán le dice a su hermano que si el poderoso genio no pudo evitar el engaño, nadie puede, por lo que deciden regresar. Schariar vuelve, encierra a la sultana y la decapita delante del visir, luego con su propia mano, decapita a todas las mujeres de la corte. Y ahí, creyendo que todas las mujeres son igual de infieles ordena a su visir conseguirle una esposa cada día, alguna hija de sus cortesanos, y después ordenaría matarla en la mañana. Este horrible designio es quebrado por Sherezade, hija del visir. Ella trama un plan y lo lleva a cabo: se ofrece como esposa del sultán y la primera noche logra sorprender al rey contándole un cuento. El sultán se entusiasma con el cuento, pero la muchacha interrumpe el relato antes del alba y promete el final para la noche siguiente. Así, durante mil noches. Al final, ella da a luz a dos hijos y después de mil noches y una, el sultán conmuta la pena y viven felices (con lo que se cierra la primera historia, la de la propia Sherezade).
El sultán conmuta la pena de Scherezade.
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