viernes, 21 de marzo de 2014

CREACIONES Y MILAGROS PRIMAVERALES


La primavera es una explosión automática y natural, desde dentro hacia fuera, de una energía que hace que los seres vivos se revitalicen, energeticen, se dispongan a la reproducción, a la celebración de la vida. Si podemos dirigir la atención a plantas y animales podemos ver cómo se inician procesos de crecimiento, con brotes nuevos en las ramas, floración, cantos de cortejo en las aves... Si atendemos a nuestro interior, la misma energía nos atraviesa, aunque la manifestación de la misma dependerá de cómo la mente la interprete y la canalice en la acción. Lo que no podemos controlar son los procesos  biológicos de nuestros órganos vitales, inmersos en una regeneración de los sistemas que dependiendo del estado previo, nos conducen por diferentes manifestaciones de reequlibrio, que etiquetamos de "enfermedades o afecciones"...

Qué hay del yin y el yang en todo esto? La energía masculina fecunda a la femenina para la procreación. El sol, calienta la tierra, para la germinación y crecimiento de todo lo que la habita, el polen es transportado por la abeja para fecundar el cáliz de la flor. La tierra recibe calor, el cáliz recibe el polen y se activan los propósitos interiores, que residen en el ADN... nada resultaría de una parte sin la otra. Son dinámicas complementarias.

El Propósito, materializado en información del ADN, (principio masculino), asistido por la energía-calor, creó la Experiencia (principio femenino), el brote o la flor. La energía asiste al propósito, por eso el pensamiento es creador de experiencias, si va acompañado de e-moción, energía en movimiento. En primavera se pone en escena de forma exacerbada este poder creador del universo. El aumento progresivo de la influencia del Sol en la Tierra, activa todos los propósitos y los convierte en experiencias de vida. Aunque nuestros pensamientos creadores podemos dirigirlos, encauzarlos, como cuando sembramos, trasplantamos y podamos,  otras veces, no nos queda más remedio que asistir estupefactos al resultado que no esperábamos, y reconocer humildemente, que se nos escapó de las manos. Por qué? Siempre hay un propósito que da sentido a la belleza efímera de la flor. Esta primavera me ha traido este cambio de enfoque, en lugar de mirar hacia las causas del resultado, mirar hacia el Propósito. 
La acción y la receptividad, son dos tendencias energéticas, en la naturaleza y en nuestro interior, que bailan múltiples danzas, responsables de nuestras variadas experiencias. 
Nuestra sociedad occidental, con el principio masculino predominante, valora la acción y descalifica la espera, quietud, o permisión, pero en esta actitud reside la posibilidad del milagro, entendido como aquella manifestación de un resultado cuya lógica desconocemos en el presente, pero que un propósito universal, mayor que nuestra conciencia actual, hizo que se manifestara, y que en un futuro próximo, comprenderemos. Entonces los milagros, se convertirán en mis logros, así como yo puedo presumir de las flores que cuidé en mi patio, conocedora de sus requerimientos, y sin embargo siempre consciente de que el Propósito universal de la Vida, las dirige, las habita, me habita, y me permite jugar la danza alterna de "controla y permite".

DISFRUTEN SUS CREACIONES TANTO COMO LOS MILAGROS, ESTA PRIMAVERA!!!



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